Los homosexuales se dañan a sí mismos…

23 07 2010

… o, «Proponemos decir la verdad a los niños sobre sexualidad» son algunas de las perlas que ha dejado Concepción Medialdea, supernumeraria del Opus Dei, y presidenta del Instituto Valenciano de Fertilidad, Sexualidad y Relaciones Familiares (Ivaf), al ser entrevistada por haber sido la autora del manual SABE (Saber Amar Básico Escolar), encargado por el Arzobispado de Valencia en contraposición a las clases de educación sexual que imparte la Generalitat en los colegios.

Dicho manual ha sido redactado en colaboración con José Pérez Adán, profesor de Sociología de la Universitat de Valéncia que, en 2002, redactó un manual que describía la homosexualidad como consecuencia de «una mala educación afectiva», y que tuvo que corregir, forzado por el alud de críticas que recibió.

Y yo me pregunto, ¿en ese manual se advierte a los pobres niños que tengan cuidado con ciertos individuos pertenecientes a la iglesia que tienen demasiado «amor al prójimo», casualmente de corta edad, y que después de ser descubiertos por la santa sede lo único que reciben es una reprimenda verbal por sus depravados actos o un traslado a una nueva iglesia donde seguir cometiendo sus atrocidades?

Por favor, no seamos hipócritas y dejemos en paz a los homosexuales, personas totalmente normales que lo único que quieren es tener una vida normal y amar como cualquier otro ser humano. ¿No es eso lo que prodiga la iglesia? Pues que prediquen con el ejemplo, y si tienen alguna necesidad de amar a alguien que lo hagan con gente de su edad y no con niños indefensos que por el lavado de cerebro al que son sometidos, no denuncian las vejaciones a las que son sometidos hasta que son mayores, tiempo suficiente para que los culpables hayan «dañado» a más víctimas impúnemente.

Por cierto, hace tiempo que la homosexualidad dejó de considerarse enfermedad, asi que este tipo de ataques contra una tendencia sexual aceptada y legislada deberían ser perseguidas por la ley que está para proteger a todas las personas, no solo a los heterosexuales ultraconservadores.

Que conste que no soy homosexual, pero me exaspera la hipocresía de la Iglesia que antes de mirar la paja en su propio ojo busca en el ajeno. Menos iglesias fastuosas y cálices de oro y más predicar con el ejemplo de austeridad y sacrificio por el prójimo que tanto intentan vender.

La noticia completa en el siguiente enlace:

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/homosexuales/danan/mismos/elpepusoc/20100723elpepisoc_7/Tes