… El mundo está lleno de gente de buen carácter. Ambas afirmaciones son verdad, creo, porque en el interior de la mayoría de las personas que conozco se encuentra el inicio de estos dos caminos aparentemente dispares.
Algunos son demasiado tímidos para llegar a ser malos, por supuesto, y otros son demasiado bondadosos. De la misma manera, algunos tienen tan mal carácter que no permiten que se manifiesten sus buenas cualidades. Pero la apariencia que la mayoría muestra se encuentra en algún punto intermedio, de una sombra gris que su puede oscurecer o iluminar por una simple intervención. La raza puede alterar la sombra… ¡He tenido más de una ocasión de comprobarlo desde que mi camino me ha llevado hasta la superficie! Un elfo puede acobardarse de forma evidente ante la llegada de un enano, mientras que un enano puede hacer lo mismo, o incluso escupir al suelo, si la situación es la contraria.
Estas impresiones iniciales a veces son difíciles de superar, y en ocasiones llegan a ser duraderas, pero más allá de la raza, de la apariencia y de otras cosas que no podemos controlar, he aprendido que hay determinadas decisiones que puedo hacer teniendo en cuenta la forma en que reaccionan los demás ante nuestros actos.
La clave de todo, creo, está en el respeto.
Drizzt Do’Urden,
La Gema del Halfling
Trilogía del Valle del Viento Helado